Creado en colaboración con el Helpdesk sobre Empresas y Derechos Humanos

Factores de riesgo contextuales

La eliminación de la discriminación en las operaciones y cadenas de suministro de las empresas exige una comprensión de las causas subyacentes y la consideración de una amplia gama de cuestiones. Los principales factores de riesgo son:

  • Aceptación social/cultural generalizada de la discriminación: la discriminación puede utilizarse para mantener las ventajas (económicas, políticas, sociales, educativas, raciales, etc.) de un grupo frente a otros. Las disparidades de poder, con el tiempo, pueden consolidarse debido al acceso desigual a la educación y a la vida pública. Por ejemplo, en la India es un delito punible practicar la «intocabilidad» (es decir, una forma grave de discriminación contra los dalits y otros miembros de las castas reconocidas). A pesar de la formulación de políticas y de la legislación, la discriminación basada en castas sigue estando profundamente arraigada.
  • Leyes y reglamentos: En algunos países, ciertos grupos sufren una discriminación activa y directa a través de leyes y reglamentos. La desigualdad matrimonial es uno de esos ejemplos, donde el matrimonio entre parejas del mismo sexo sigue estando prohibido en muchos países. Aunque ha habido un mayor reconocimiento mundial de los derechos LGBTIQ+ en las últimas décadas, el matrimonio entre personas del mismo sexo solo es legal en 29 países.
  • Aplicación deficiente de las leyes laborales nacionales debido a la falta de recursos y/o capacidades de la Administración. Esto puede dar lugar a problemas de discriminación en el lugar de trabajo sin que se ponga remedio, ya que el sistema jurídico para abordar la discriminación puede ser débil. Aunque existen leyes contra la discriminación de género en muchos países, las mujeres siguen siendo objeto de discriminación en el lugar de trabajo, por ejemplo, a causa de la desigualdad salarial o al acoso sexual.
  • Factores religiosos y preferencias: en algunos países o regiones, las diferencias religiosas pueden ser causa de discriminación. La discriminación religiosa se produce cuando una persona recibe un trato diferente debido a su religión o sus convicciones, o a su falta de religión o convicciones. Esto puede manifestarse en forma de discriminación en el lugar de trabajo. Por ejemplo, los musulmanes sufren intolerancia y discriminación en Europa, donde pueden ser objeto de exclusión social, lo que incluye obstáculos para acceder a la educación y al empleo.
  • Flujos migratorios: la migración ha aumentado enormemente en los últimos veinte años, por lo que muchos lugares de trabajo cuentan con plantillas de diversos países y nacionalidades. Esto puede exacerbar la discriminación por motivos de raza, nacionalidad, religión, lengua o apariencia, ya que las plantillas multiculturales son cada vez más comunes, y pueden producirse estigmas o enfrentamientos. Las personas migrantes se enfrentan a menudo a una discriminación significativa para conseguir empleo e igualdad salarial, tanto en Europa occidental como en otras partes del mundo industrializado. Un informe de la OIT de 2020 señala que las personas migrantes ganan casi un 13% menos de media que los/as trabajadores/as nacionales en los países de ingresos altos.
  • Globalización de las operaciones: muchas empresas operan en regiones en las que los marcos jurídicos y las actitudes políticas pueden no favorecer la eliminación de la discriminación. Cuando las empresas operan en países en los que la discriminación está generalizada, es más probable que su personal y el de sus cadenas de suministro se enfrenten a condiciones laborales en las que pueda producirse discriminación de género, religiosa, racial, lingüística o de otro tipo.

Discriminación racial en el empleo

La discriminación se produce en todas las industrias, y no hay industrias o sectores concretos en los que la discriminación sea más frecuente. El presente recuadro pone de relieve el modo en que la discriminación racial, en particular, puede producirse en el lugar de trabajo, y se aplica a todos los sectores.

  • Búsqueda de personas candidatas: el racismo puede comenzar durante el proceso de búsqueda de personas candidatas o contratación. En primer lugar, las empresas que recurren a redes y conexiones informales para encontrar nuevos candidatos pueden excluir involuntariamente a personas de distintas razas o etnias, ya que es probable que en las redes sociales haya mayoritariamente personas de la misma raza o etnia. En segundo lugar, aunque las empresas no discriminen activamente a las personas candidatas por motivos de raza, los perfiles raciales o los sesgos inconscientes pueden alterar las opiniones de los responsables de la selección en relación con las personas candidatas.
  • Lugar de trabajo: el racismo puede producirse en el lugar de trabajo, en especial cuando las políticas en materia de racismo son débiles o ineficaces, o cuando no existen. El racismo puede no ser denunciado por las víctimas si estas consideran que ello no contribuirá a que se produzcan cambios o que, de hecho, podría perjudicarles aún más. Las microagresiones raciales, por ejemplo, pueden ser sutiles o no intencionadas, pero constituyen una forma de discriminación contra los miembros de un grupo marginado. Los/as empresarios/as deben adoptar medidas para prevenir las microagresiones y garantizar que las denuncias al respecto no queden sin resolver. El racismo también puede hacer que los/as trabajadores/as pierdan oportunidades, por ejemplo, de formación o de promoción. Por último, el racismo también puede ser un factor en la rescisión del contrato laboral.
  • Cadenas de suministro: para las empresas con cadenas de suministro a escala mundial, el racismo puede ser distinto según el país. Por ejemplo, es probable que las empresas que operan en el subcontinente indio se enfrenten a actitudes que siguen profundamente arraigadas en la discriminación basada en castas. Los/as trabajadores/as pertenecientes a comunidades afectadas por castas son especialmente vulnerables a trabajar en condiciones peligrosas por una remuneración mínima. Los «intocables» también tienen más probabilidades de enfrentarse a largas jornadas de trabajo, acoso sexual, salarios más bajos y otras formas de condiciones de trabajo abusivas y trato negativo.